¿Realidad o ficción?

Para realizar esta entrada me voy a basar en la película "Avatar" de James Cameron, la cual transcurre en Pandora, otro planeta, por lo que si no la has visto te recomiendo que la veas.

A mi parecer trata un tema que es mas cercano de lo que muchos piensan, y este tema es la masacre que trae consigo el ser humano a cada nuevo lugar que descubre, arrasando con lo que ya existe para obtener los beneficios que quiere, sin ni siquiera respetar a los seres habitantes o el medio ambiente de éste.

Si es cierto que hemos conseguido prosperar mucho, pero ¿A costa de qué y de quién? ¿Cuántas vidas y especies nos hemos llevado por delante? Que yo sepa, si el tiempo de existencia que tiene este planeta fuera una hora, nosotros llevaríamos en el lo equivalente al último segundo del último minuto. ¿Y que tiene que ver la película con lo que estoy hablando? Pues en ella el Hombre se vuelve a presentar como un parásito avaricioso que sólo busca el dinero mediante la extracción de un mineral, presentándose en este mundo con su "poder" y arrasando con la vegetación, incluso sin tener en cuenta la especie ya habitante de este, los "Na'vi" que viven en un árbol bajo el que yace la mayor fuente del mineral que acabaría con los problemas energéticos de la Tierra. Esta última carece de naturaleza, carece de todo ser vivo que no sea humano, ¿Es éste el futuro que nos espera? Posiblemente, a este paso no me extrañaría.

No creo que sea una idea muy descabellada pensar que estamos consumiendo el planeta a costa de nosotros mismos, es cierto tu ahora mismo estarás leyendo esta entrada con tu ordenador, en tu casa, sentado en tu sofá o en tu mesa de escritorio, pero ¿Te has parado a pensar en quién ha construido tu ordenador? o ¿De dónde han salido los materiales para hacerlo? o más importante ¿Quién ha extraído esos materiales de la tierra? Pues te presento la realidad: posiblemente el 90% de los materiales para construir tu ordenador los han conseguido a través de un pobre niño, que no tiene ni fuerzas para considerarse a sí mismo más que un animal utilizado para hacer el trabajo sucio en una mina, después seguramente estos materiales han pasado a manos de otra persona que no cobra ni una décima parte de lo que tu has pagado por tu ordenador, pero que sin duda ha trabajado el doble o el triple que las personas que se atribuyen su creación. Y todo esto ¿A costa de quién? A costa del propio planeta en el que estas dos pobres personas, tratadas como si no tuvieran derechos, y tú vivís. Entonces ¿Es realidad o ficción lo que presenta la película? Y no hablo de los seres o del planeta, hablo de la situación y de la manera de actuar del Hombre.

¿Cuánto más va a durar esta masacre? ¿Hasta qué punto seremos capaces de llegar para estar contentos de lo que tenemos? ¿Y después? ¿Nos intentaremos apoderar o nutrir de un mundo que no es el nuestro? Espero sinceramente que ésto no pase, porque sin duda el día que esta desgracia llegue podemos dejar que considerarnos seres racionales para poder dar paso a una nueva atribución: una especie de robots sin sentimientos que sólo consiguen satisfacerse cuando sus deseos más egoístas se han cumplido.

Ángeles Ampliato Calatrava.